Si no sabes qué opción escoger puedes volver a revisar los documentos.
Los mediadores actúan como espejos que simplemente reflejan lo que observan y oyen en una mediación, lo que les muestran las personas que tienen el conflicto. El mediador no añade ni quita nada.
Cuando un mediador entra en una mediación, ha de dejarse fuera toda su experiencia, toda su sabiduría y entrar con la mente abierta a escuchar y observar lo que los afectados por el conflicto le muestran.
Las principales características de un buen mediador son:
Se conoce como las 12 típicas a los 12 tipos de respuesta que utilizamos la mayoría de las personas cuando queremos ayudar a otra persona para que nos cuente un problema.
Las 12 tienen en común que son un obstáculo para la comunicación; ya que no favorecen que la persona que habla se sienta comprendida y, por tanto, que cuente todo lo que le ocurre.
Todas incluyen un juicio negativo sobre el otro (Yo sé lo que tú debes hacer y tú, no. Lo que te pasa no tiene ninguna importancia. Me estás ocultando alguna cosa. Etc), aunque por supuesto no es la intención del que las utiliza.
Además, en todas ellas, el que pretende ayudar se convierte en la medida de los problemas que tiene el que habla; por tanto, es una ayuda centrada en el que ayuda y no en el que pide la ayuda.
Las 12 | Explicación |
---|---|
MANDAR , DIRIGIR | Decir al otro lo que debe hacer |
AMENAZAR | Decir al otro lo que le puede pasar si no hace lo que le decimos |
SERMONEAR | Aludir a una norma externa para decir lo que debe hacer el otro |
DAR LECCIONES | Hacer referencia a nuestra experiencia para decirle lo que es bueno o malo al otro |
ACONSEJAR | Decirle al otro lo que es mejor para él |
CONSOLAR, ANIMAR | Quitarle importancia a lo que te cuenta que le pasa |
APROBAR | Decirle que lleva razón |
DESAPROBAR | Decirle que no lleva razón |
INSULTAR | Despreciar a la persona que te está contando alguna cosa |
INTERPRETAR | Hacerle ver al otro el motivo oculto de su actitud |
INTERROGAR | Sacar información de manera exagerada |
IRONIZAR | Reírse del otro mediante la ironía |
El mensaje “Yo” es una técnica de comunicación muy útil para utilizarla en situaciones en las que queremos solicitar, de forma asertiva, un cambio de comportamiento en otra persona. También si queremos expresar nuestros sentimientos y/o situación y que nuestro receptor se implique en los cambios.
Normalmente, cuando nos sentimos mal, decepcionados, dolidos o enfadados con alguien, al expresarlo, solemos utilizar el Tú para explicar nuestra queja. Este uso del Tú que puede parecer normal, activa directamente una reacción de defensa en la persona que nos escucha. Se sentirá atacada y estará invirtiendo su tiempo en preparar argumentos en su defensa, en lugar de escucharnos activamente.
Por eso, esta técnica nos remite al Yo. Al hablar de nosotros mismos, nuestros sentimientos, pensamientos y comportamientos, la probabilidad de que la conversación se vuelva conflictiva es menor. Si yo hablo de cómo me siento, es más difícil que la otra persona pueda rebatírmelo.
Recordemos que nuestro objetivo va a ser comunicar algo que no nos gusta, que no nos hace sentir bien y proponer una conducta alternativa. Una discusión acalorada no es lo que estaremos buscando si ponemos en practica esta técnica.
Es conveniente utilizar los mensajes Yo cuando en un momento determinado, en el
proceso de la mediación, los mediados no cumplen las normas que habían aceptado al iniciar la mediación. Los mediadores les recordarán las normas utilizando un mensaje Yo
Para ello, los pasos que daremos serán:
1. Describir la situación lo más neutra posible, ya que queremos eliminar cualquier tipo de juicio que pueda ser interpretado negativamente por el receptor de mi mensaje.
2. Describir cómo me siento. Que emociones genera esa situación en mi. Ejemplo: “Esta situación me hace sentir nervioso/a, intranquilo/a, me entristece, me genera rabia”, etc.
3. ¿Por qué? Motivo por el que la situación me genera ese sentimiento.
4. Proponemos una alternativa, siempre con las palabras “Me gustaría”, ya que estoy proponiendo un deseo, con el objetivo de negociar un cambio, no estoy dando una orden.
Ejemplo práctico:
Tenemos un amigo/a que siempre se retrasa cuando quedamos con él/ella. Esto no nos gusta nada y en ocasiones ha ocasionado la pérdida de algún plan como ir al cine, o no llegar a tiempo al inicio de un concierto. El no comentar la situación hace que cada vez que quedemos, estemos tensos y estemos perdiendo las ganas de quedar con él/ella.
Mensaje yo:
1. David/Sara, las últimas veces que hemos quedado, he estado esperando a que
llegaras 15/20 minutos.
2. En esa espera, Yo me siento tenso, me pongo nervioso.
3. Porque me agobia tener que ir con prisas y estar pendiente del tiempo.
4. Por eso me gustaría, que cuando quedemos, intentes llegar puntual a la hora o, sino vas a llegar a tiempo, me avises para que pueda organizarme.
Puede que esta forma de proponer los cambios, en el inicio de su práctica, nos resulte poco natural. Estamos acostumbrados a quejarnos de otras maneras, que si bien pueden parecer más liberadoras inicialmente, no nos ayudan a conseguir el cambio en el otro.
Es recomendable entrenar el esquema, hacerlo propio, con las palabras y las formas de expresiones de uno/a mismo/a. Recuerda que lo importante es que tengas en mente los cuatro pasos, situación neutra, emociones, por qué y conducta que te gustaría que cambiara la otra persona.
En cualquier caso, aunque no consigamos el cambio en los demás, mediante la expresión asertiva de aquello que no nos gusta, ¡¡Ya estaremos trabajando nuestra
gestión de las emociones de forma positiva!!.
Técnicas | Objetivos | Procedimientos |
---|---|---|
Mostrar interés |
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No estar de acuerdo ni en desacuerdo |
Clarificar |
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Parafrasear |
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Repetir las ideas y hechos básicos |
Reflejar |
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Reflejar los sentimientos del que habla |
Resumir |
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Repetir los hechos y las ideas principales |